Fidela Matheu y Adrián,
la poesía y el amor
David Cortés Cabán
¡Qué bueno que sea un poeta arecibeño y su noble
compañera quienes nos acerquen a contemplar no la cadencia del
mar de Arecibo, ni sus angostas calles que evocan el pasado, ni
el brillo artificioso de los palacios de la modernidad, sino a
la poeta Fidela Matheu y Adrián (1852-1927), en toda su
dimensión humana: el paisaje íntimo de su vida en el
relampagueante oleaje de sus versos!
¿Lector, qué has salido a contemplar en este libro? He aquí la
letra y el espíritu, la poesía y el amor de una poeta que supo
sobrevivir a los convencionalismos de su época y persistir
exacta y lúcida contra el inexorable paso del tiempo. Ahora,
para que no parezca extraña a nuestras letras, es presentada por
Haydée de Jesús Colón y el poeta y crítico Ernesto Álvarez que
nos convocan a la casa de la justicia reconstruyendo la historia
de nuestro romanticismo. Pero no han sido pocas las horas de
desvelo, ni escasa la paciencia y determinada voluntad para
rescatar del olvido una de las figuras cimeras de nuestro
romanticismo. Vista la poeta en este libro que revive lúcidas
realidades, se nos hace más grande nuestro paisaje literario.
Nos identificamos con Fidela, con sus luchas y carencias, con
sus versos que nos conmueven por su profundo amor y fidelidad
hacia un hombre que atado a los prejuicios de su época no supo
ver, ni corresponder a una pasión que pudo haber sido uno de los
grandes amores románticos de nuestra historia literaria. Me
refiero al querido poeta José Gautier Benítez.
Después de haber leído Fidela: Vida, tiempo y poesía de
Fidela Matheu y Adrián (Arecibo, Ediciones Boán, 2009), no
es difícil imaginar por qué la crítica literaria menciona apenas
algunos de sus poemas, relegando su persona al mundo de los
olvidados. Autores hay hoy día de no muy alta calidad cuyos
nombres figuran en todas las antologías contemporáneas, e
independientemente de sus méritos, pocos o ninguno de ellos ha
escrito y vivido una vida como la de Fidela. Pero el tiempo
pasa, y los nombres pasan, y las estrellas que se habían apagado
en el firmamento de nuestra tradición literaria de pronto
renacen con un nuevo esplendor. Éste es el caso de Fidela Matheu
y Adrián. Su obra, su tiempo, los aspectos y relaciones amorosas
de su vida son presentados ahora objetivamente por Haydée de
Jesús y Ernesto Álvarez. Sin afán de vanaglorias o rebuscamiento
de méritos personales, sino por la amorosa luz del amor cuando
se hace justicia, estos laboriosos de la cultura nos acercan al
mundo de Fidela. Un mundo de apasionantes hallazgos donde la
imagen de nuestra poeta adquiere un sentido más justo y humano,
libre ya del prejuicio y de las actitudes elitistas que tanto
daño hacen a la literatura y a nuestra sociedad en general. Para
los lectores que deseen conocerla, y para los estudiosos de
nuestra tradición literaria, he aquí el libro que hacia falta,
pues ahora, desde la contemporaneidad, se arroja nueva luz para
entender no sólo lo que fue la vida, el amor y la obra poética
de Fidela—reivindicada aquí por el derecho que le dan sus
versos— , sino para conocer también el entorno de lo que fue
nuestro romanticismo con poetas y dramaturgos tan injustamente
ignorados y tan importantes como fueron Manuel Ruiz Gandía y
José Benigno Balseyro, José Limón de Arce, Juan Zacarías
Rodríguez, Francisco Pérez Freytes, José Clivillés Valencia y
José Machiavelo, que vinculados a la vida de Fidela asoman aquí
contra el silencio y la común dejadez de nuestras instituciones
culturales. ¿Quién nos prohíbe nombrarlos? ¿Qué impide reevaluar
y reconocer sus méritos?
En el caso de Fidela, lo que nos presenta Haydée de Jesús y
Ernesto Álvarez no es tan sólo la historia, la poesía y las
relaciones de esta poeta con los escritores de su tiempo, sino
su carácter, su actitud creativa, el discreto modo de asumir sus
convicciones, enfrentando siempre con callado valor, los
desengaños y dobleces que el amor y las dolorosas experiencias
de la vida provocan. Éstas posiblemente hayan sido algunas de
las razones que guiaron a Haydée y a Ernesto Álvarez a
rescatarla para las nuevas generaciones. Es decir, señalar el
perfil literario y humano de una de nuestras importantes
escritoras marginada más de un siglo por la crítica, y para
darnos una visión a la altura de lo que amerita su vida y su
obra. Oigamos lo que nos dice Álvarez respecto a la elaboración
de este libro: “Toda nota en torno a la biografía de Fidela no
da sino datos escuetos de su vida. Nuestra labor ha consistido
en ir llenando esos extensos vacíos con material poético surgido
de la propia creación de la escritora y la inclusión de
testimonios en prosa y verso de sus contemporáneos. Sólo así se
ha podido reconstruir esta vida ejemplar para que los lectores
de hoy tengan idea de su alto valor en la historia de nuestras
letras patrias.” (p. 289). Pero entiéndase con esto que en
cierto modo, lo que han hecho Haydée y Ernesto Á1varez
–posiblemente sin proponérselo—es obligarnos a reevaluar las
obras, los escritores, las circunstancias y contrastes que
sustentan nuestras tradiciones literarias.
Nada hay aquí en este libro que parezca fuera de lugar porque el
sentido de lo que se dice está representado con situaciones
concretas, vistas a la luz de las mismas experiencias de los
poetas o indagadas en el contexto de sus propias composiciones
como es el caso de los poemas de Fidela y Gautier. Ambos
cubiertos bajo el sutil empleo de los seudónimos, Gustavo y
Luisa. Ambos traspasados por una pasión que encarna
inequívocamente algo más que unas discretas palabras o unas
furtivas miradas de amor. Los motivos que arrojan luz sobre los
poemas de ambos escritores, y las imágenes que iluminan las
dolorosas batallas del corazón contribuyen a proyectar esa
realidad amorosa. Por otra parte, la prosa y la poesía de
escritores vinculados a la poeta, ha sido también un material
importante para desentrañar la historia y el perfil humano de
Fidela. De ahí que los secretos signos de un amor que un día fue
algo más que una pasajera ilusión, resalte ahora a nuestra vista
con la certidumbre de que no todo el pasado queda en el olvido.
Gracias a la sensibilidad y la inquietud de Haydée de Jesús y
Ernesto Álvarez, hoy la distante casa del romanticismo de las
postrimerías del siglo XIX adquiere un sentido más justo y
humano. En Fidela… encontramos más amplio y luminoso el
sentido que resalta lo fundamental de nuestra historia
literaria. Sé, y me atrevo a pensar, que aparecerán otros
estudiosos guiados por la misteriosa llamada de su vocaciones
que, despojándose de los prejuicios que subyuga la intuición,
irán redescubriendo otras voces para el bien de la literatura
puertorriqueña.
Fidela: Vida, tiempo y poesía de Fidela Matheu y Adrián
es un estudio amplio y comprensivo, una importante aportación a
nuestras letras. Un libro que hay que tener presente pues define
ciertas realidades. Sugiere que la poesía no es el patio de unos
pocos, y que la realidad es mucho más profunda y compleja de lo
que pensamos. Por eso, al asomarnos a sus páginas parece que el
mismo fuego intelectual que habitó en José Limón de Arce
(escritor arecibeño) animó a Ernesto Álvarez a decir unas
cuantas verdades, minucias deslumbrantes, casi nada y casi todo,
convertir el pasado en cántico de vida, para vivir la historia
(no la que excluye), para mirar allí en la orilla donde se
desvanecen las diferencias de clase, el orgullo y la fama, el
rostro sereno y silencioso de Fidela. |